General Motors Corporation
Es una de las automotrices más grandes del mundo, fundada en 1908, emplea a más de 285.000 empleados en todo el mundo.
Con oficinas centrales en Detroit, EE.UU, GM fabrica sus vehículos en 35 países. Las principales marcas de GM vendidas en todo el mundo son: Buick, Cadillac, Chevrolet, GMC, GM Daewoo, Holden, HUMMER, Opel, Pontiac, Saab, Saturn y Vauxhall.
En la Argentina, GM es más conocida por su marca insignia Chevrolet y también tiene una importante participación en el país. En 1997 se abrió el complejo industrial en Rosario que posee una capacidad instalada para producir 90.000 automóviles por año.
La situación de GM debido a la crisis internacional es muy delicada, el 1 de Junio declaró su quiebra luego de que los acreedores aprobaran un plan en el cual renunciarán a su deuda a cambio de obtener una participación en la nueva compañía. La idea es atravesar un rápido proceso de reestructuración, para eso el gobierno de EE.UU. comprará los activos rentables y le inyectará una importante suma de dinero para que la compañía siga funcionando en los próximos meses. Se tratará de hacer resurgir a la compañía con un mayor control por parte del Estado. Para ello, GM deberá hacer una reestructuración de su plantilla, lo que provocará una ola de despidos masivos. Clausurará 11 plantas y cerrará temporalmente otras tres, lo que supondrá la desaparición de más de 20.000 puestos de trabajo. El presidente de la división de Norteamérica, Toy Clarke, le dijo en un mensaje electrónico a los empleados que los despidos eran necesarios para asegurar la viabilidad de la compañía.
En la Argentina, la situación de GM es diferente pero no del todo clara. Su presidente asegura que la empresa no hará despidos en el país, afirmando que la reestructuración es específica para los EE.UU y no afecta las operaciones en el Mercosur. Sostiene que los empleados, clientes y proveedores deben quedarse tranquilos porque el ritmo de inversión seguirá fuerte. GM Argentina tiene en su planta de Rosario 2200 empleados.
Sin embargo, un grupo de trabajadores suspendidos de la filial en Argentina denuncian presiones de la patronal y despidos encubiertos. Declaran que en noviembre de 2008, GM realizó 400 despidos encubiertos y en la actualidad cuenta con más de 100 personas suspendidas, 47 de las cuales son efectivas.
Agregan, además, que la empresa sigue produciendo vehículos con faltante de personal y obligando a los trabajadores en actividad, a realizar horas extras.
Esta cantidad de denuncias acerca del accionar de GM Argentina frente a la situación laboral de sus empleados, no es algo, cuanto menos, llamativo, si tenemos en cuanta el discurso que da su presidente hacia los medios. Existen evidentes incongruencias entre el mensaje que emiten y la realidad.
En su sitio web de GM Argentina, www.chevrolet.com.ar, dedican espacios para hablar de su integridad en las acciones que realizan y el valor que le dan al trabajo en equipo, del cumplimiento de estrictos códigos de ética y una cultura de trabajo que inspira a los empleados y reconoce sus logros. Sin embargo pareciera que muchas de estas cosas se olvidan al momento de tomar decisiones cuando la situación económica no es la mejor y los números aprietan. La primera variable de ajuste terminan siendo sus empleados, a los que se les reduce sus salarios, se los suspende, y en el peor de los casos, se los deja en la calle.
Como dijimos, diferente es la situación en Norteamérica. Que hay una crisis económica y financiera global es innegable. Qué hay que tomar medidas rápidas para salir lo más pronto posible también. Que la empresa pueda justificar su acción de reducir el personal porque se redujo considerablemente su actividad, en algunos casos, puede ser aceptado; pero lo que no puede considerarse es que siempre los puestos que se someten a reducción son los puestos operativos, los que menos carga tienen para la empresa.
¿No sería conveniente bajar los sueldos exagerados que cobran los directivos o ejecutivos de estas multinacionales para no tener que ser tan drásticos en estas decisiones? ¿No pueden posponer por un tiempo sus beneficios extraordinarios y cuando la tormenta pase volver a recuperarlos? Esta estrategia transitoria puede ser una muestra de verdadero compromiso con los empleados de la organización que son quienes, en definitiva, hacen posible a la empresa.